Quedan pocos días para las elecciones generales y aquí en Leganés la actividad anda algo parada. Con unos y otros más centrados en la campaña electoral que en las gestiones propias de la política municipal, la actualidad local pasa de puntillas. Me han dicho por aquí, en algún que otro comentario, que tengo el blog abandonado porque estaré liado pegando carteles. La verdad es que no, lo siento, aunque sí es cierto que la campaña me está quitando mucho tiempo, pero sólo como espectador.
Estamos asistiendo, a mi juicio, a una campaña muy diferente a las anteriores: ya sea por los cara a cara, por la irrupción de internet, por los nuevos programas televisivos de información bromista, o un poco por todo, las elecciones se están viviendo como un auténtico espectáculo, de ahí que se prevea una participación excepcional. Eso sí, también asistimos a un descarado afán de reforzar el bipartidismo, tanto en los medios de comunicación como en los propios partidos mayoritarios. Se nos olvida, o eso parece, que no estamos en un sistema presidencialista, sino que en domingo nos toca elegir diputados y senadores. Y el pluralismo político enriquece y da sentido a nuestro sistema político, aunque muchos apelen al mal llamado voto útil. En mi opinión, es más enriquecedor que en el Congreso se siente, por ejemplo, Rosa Díez o Gaspar Llamazares, antes que el undécimo de la lista del PSOE, que probablemente no intervendrá más que dos veces en toda la legislatura y acudirá a votar siguiendo la disciplina de su partido.
Disculpen que me salga del tema del blog, pero, a diferencia de lo que opinan quienes votaron en la última encuesta, yo sí creo que los resultados del domingo influirán en Leganés.