Es un hecho probado que los partidos políticos tienen cada vez peor imagen entre los ciudadanos de a pie. Poco más de 25 años de democracia en España han sido suficientes para que algunos corruptos hayan minado de forma casi definitiva la confianza de los votantes. Promesas incumplidas, corrupción, dimes y diretes... Dice hoy El País que El urbanismo corrupto salpica a los partidos. ¡Cuánta razón! Ahora bien: ni la corrupción está sólo en el Urbanismo, ni afecta por igual a todos los partidos. Sin lugar a dudas, cuanto más acomodaticio se convierte un cargo mayor peligro hay de que se deje llevar por la tentación.
¡Levantemos las alfombras!
18.10.06
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